Sueños de un Taxista: Hurdano en Madrid

Sueños de un taxista: Hurdano en Madrid

TAXISTA: MEMORIAS Y REFLEXIONES

Conmovedoras memorias de un taxista madrileño: su pasión por el oficio, experiencias inolvidables y agradecimiento tras enfrentar el Parkinson. Una historia de superación y servicio

En marzo de 2014, apenas un año después del fallecimiento de mi esposa, me diagnosticaron la enfermedad de Parkinson. Desde entonces, estoy bajo tratamiento médico y control constante.

En marzo de 2021, me concedieron la incapacidad permanente, lo que me impidió seguir ejerciendo mi amada profesión. Sin embargo, en mi corazón, seguiré siendo taxista de por vida.

Era una satisfacción inmensa poder ayudar a los pasajeros que subían a mi taxi: indicarles cómo llegar a una calle, un colegio, una embajada, un hospital, una clínica, un hotel o un museo. También me complacía ayudarles a llegar a tiempo al trabajo, a las estaciones de autobuses o ferrocarril, o al aeropuerto para que no perdieran su vuelo. En esta bendita ciudad de Madrid, donde casi todo el mundo va con prisa, mi labor cobraba un significado especial. Todo esto me proporcionaba una alegría y una explosión de endorfinas que me hacían sentir pleno y disfrutar cada día de mi profesión.

Recuerdo con cariño aquella mañana en la calle Francisco de Sales, cuando una madre afligida confió en mí para llevar a su hijo de siete años, enfermo, al puente de Vallecas, donde vivían sus abuelos. Para tranquilizarla, le di mi número de licencia y teléfono, y le pedí el suyo para informarle cuando entregara al niño. Cumplida la misión, la llamé de inmediato, y el abuelo le confirmó que el pequeño estaba con ellos. Me sentí agradecido por haber tenido la oportunidad de ayudar.

Otra experiencia que me marcó fue en la calle Ferraz, cuando llevé a una mujer de sesenta años a Bravo Murillo para visitar a una amiga. Durante el trayecto, me expresó con profunda tristeza que deseaba que Dios se acordara pronto de ella. Tuve que emplear toda mi empatía y mis recursos psicológicos para lograr que, al bajar del taxi, lo hiciera con un poco más de ilusión que cuando subió.

Quiero expresar mi gratitud a Florencio y Marlene, quienes me prestaron su taxi durante un año los fines de semana para que aprendiera los entresijos del oficio antes de solicitar un crédito para comprar mi propia licencia.

Agradezco a todos los que me ayudaron en mi carrera como taxista: a mi familia por su apoyo incondicional, a los profesionales del sector, pasajeros, gestorías, asociaciones, cooperativas, talleres y a todos mis compañeros y amigos. Juntos hemos compartido gratos momentos. A todos ellos, ¡gracias por haber hecho más llevadera esta dura, gratificante y emocionante profesión!

SUEÑOS DE UN TAXISTA
Autor: Francisco Iglesias Rubio

Francisco Iglesias Rubio nació en 1964 en Ladrillar, un pequeño pueblo de la provincia de Cáceres, España. Desde joven, inició su trayectoria laboral en el campo y en el negocio familiar, un bar del pueblo. A lo largo de su vida, ha desempeñado diversas ocupaciones, entre ellas la de mensajero y taxista.

En cuanto a su formación, Iglesias Rubio no siguió el camino académico tradicional. En su lugar, se embarcó en un viaje de autodescubrimiento y aprendizaje continuo, convirtiéndose en un auténtico autodidacta. Como él mismo afirma, es «licenciado en nada, pero aprendiz de todo».

Para Francisco, la mayor aventura ha sido siempre la vida misma, en particular su propia experiencia vital. Su objetivo principal: la superación personal constante.

«Sueños de un taxista» marca su debut literario, siendo su primera colección de relatos publicada.

Esta versión mantiene la esencia del texto original, pero mejora su estructura, fluidez y claridad.